Dani Vidal, plusmarquista mundial paralímpico, se ha convertido hoy en el primer nadador paralímpico sin brazos en cruzar el Estrecho de Gibraltar, invirtiendo seis horas y veintidós minutos.
El deportista castellonense, de 32 años, ha logrado cruzar el estrecho al tercer intento, después de no conseguirlo el lunes por el fuerte viento, ni ayer debido primero a la niebla y después también por las rachas de viento. La longitud del Estrecho de Gibraltar es de poco más de catorce kilómetros en su parte más angosta, entre Punta de Oliveros (España) y Punta Cires (Marruecos), y su profundidad varía entre unos 280 metros en el Umbral de Camarinal hasta algo menos de mil a la altura de la bahía de Algeciras.
Dani Vidal, que asegura que su principal objetivo es llamar la atención sobre el deporte paralímpico, es, además de deportista un administrativo que trabaja como funcionario en el Ayuntamiento de Burriana (Castellón). A los seis años se subió a un poste de alta tensión y una descarga eléctrica le dejó sin el brazo izquierdo y sin la mitad del derecho.
El accidente no le ha impedido intentar superar retos a lo largo de su vida, y aunque hasta hoy había nadado en piscinas y en distancias cortas, cruzar el estrecho de Gibraltar era algo que le motivaba porque era una forma de demostrar que los discapacitados no son “los pobrecitos de la sociedad”. Muy al contrario, dice, es una manera de “demostrar lo que vales”.
El deportista castellonense, de 32 años, ha logrado cruzar el estrecho al tercer intento, después de no conseguirlo el lunes por el fuerte viento, ni ayer debido primero a la niebla y después también por las rachas de viento. La longitud del Estrecho de Gibraltar es de poco más de catorce kilómetros en su parte más angosta, entre Punta de Oliveros (España) y Punta Cires (Marruecos), y su profundidad varía entre unos 280 metros en el Umbral de Camarinal hasta algo menos de mil a la altura de la bahía de Algeciras.
Dani Vidal, que asegura que su principal objetivo es llamar la atención sobre el deporte paralímpico, es, además de deportista un administrativo que trabaja como funcionario en el Ayuntamiento de Burriana (Castellón). A los seis años se subió a un poste de alta tensión y una descarga eléctrica le dejó sin el brazo izquierdo y sin la mitad del derecho.
El accidente no le ha impedido intentar superar retos a lo largo de su vida, y aunque hasta hoy había nadado en piscinas y en distancias cortas, cruzar el estrecho de Gibraltar era algo que le motivaba porque era una forma de demostrar que los discapacitados no son “los pobrecitos de la sociedad”. Muy al contrario, dice, es una manera de “demostrar lo que vales”.
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