lunes, 18 de febrero de 2008

Carta del Pastor Luis Gomez (Luigi) al Pastor Jose Binet, Referente a la partida del Jose Payano

Jose Payano (Atras, en Medio)


Amado hermano te ruego me excuses por no haberte contestado antes, mis emociones y salud no han estado en su justo lugar, pero en mucho te agradezco que tuvieras en tino escribir esta nota luptuosa que a nadie se nos ocurrió. Te ruego uses mis pensamientos como mejor creas convenga y si quieres házlo llegar a los compañeros. Dios no deja de sorprendernos pues por muchos años José Payano se nos había esfumado como una sombra. Por varios años estuve preguntando por su paradero y otros igual que yo y nadie nos orientaba y cuando lo pudimos contactar nos respondía con una actitud muy escurridiza que nos mostraba no quería diálogo con nosotros. Entendemos esa dinámica humana cuando se ha dado la espalda a Dios; nada ni nadie que esté cercano a Él nos interesa. Gracias a Dios que Manny nunca se rindió con quien él llamaba "my boy". Desde Diciembre 20, 2007 no se ni cómo se enteró que estaba en el hospital y le llegó sin anuncio, desde allí comenzó Dios a actuar una vez más y final en la vida de José. Debo testificarte, Binet, tal como lo hace Lucas que el amor, compromiso y fidelidad a Dios y a Payano fue el instrumento que nuestro Hacedor usó para traer conciencia de pecado, confesión, restauración y perdón en su vida. Se que muchas personas podrán dudarlo pues no ignoramos como Satanás aniquiló literalmente a quien otrora fue coordinador de la Juventud Bíblica Cristiana junto a ti mismo, Manuel, Rolando y este servidor y cómo mi vida (el último que llegué) fue ligada con lazos que el enemigo jamás ha logrado destruir. Manny siempre nos mantenía informado de la situación y por medio de él pudimos hablar con Payano en varias ocasiones, intentando visitarle pero siempre algo se nos oponía. Este pasado martes por gran insistencia de Yenory, regresando de Pennsylvania, planeamos pasar el día con los Smith y así ver a Payano. La noche anterior me percaté que su situación habia cambiado para peor. Tenía alrededor de 10 años que no veía a José, el cuadro no podía ser más desolador, casi irreconocible, su rostro desfigurado por la enfermedad con tubos que salían y entraban por todo su cuerpo, montones de sueros intravenosoos y hasta una máquina para drenar sus pulmones que sufrían de pleuresía. No se habia despertado pese a que teníamos más de una hora en el lugar y los enfermeros y médicos habían practicado varios exámenes. Lo más interesante del cuarto era ver una Biblia en su cama, la misma que él le había pedido a Manny. Allí junto a su padre y madrastra oramos ungiéndole con aceite pero ni así se despertó y comencé a preocuparme si había llegado tarde. Recibíamos varias llamadas desde San Pedro y Consuelo como de otros Estados de la Nación. Mientras yo atendia una de Jochy explicándole la situación, llegaron Lilliam, la de Marino y Angela; nuestro encuentro pese a la dificultad fue una bendición. Creo que la bulla que armamos hizo que Payano abriera los ojos. Preguntó por mi (no sé porqué) y me acerqué usando una bata y guantes como todo el mundo y le dije que allí estaba para decirle lo mucho que lo amaba el Señor; lloró, nos unimos y luego me dijo con voz muy apagada "Luichy feo" (eso no se discute); momentos después añadió otra frase "¡Pobre Yenory!" Todos nos reímos a mandíbula batiente. Las muchachas se dispusieron con tanto amor y fidelidad a quien fuera su pastor a darle una avenita en cucharadita lo cual habian preparado en la casa. Nevaba fuertemente y yo debía regresar a Rhode Island, pero volvimos a orar juntos y José quedó una vez más dormido. Fue un viaje tormentoso no solo por la nieve, sino por mi salud pero más que todo lo vivido, venía pensando y recordando muchos eventos que nos había tocado vivir junto a Payano. A mitad de camino Manny me llama para decirme que los médicos habían dicho que todo terminaría esa noche. Llegué a casa pasadas las 11 pm no podía dormir de manera que me senté a leer. A las 1:34 recibo la noticia que había estado cantando con las muchachas "Mansion Gloriosa" y que levantó sus manos, al terminar el himno...murió.Sí, Payano hizo malas decisiones (igualito a todos nosotros) y que esto le llevó como consecuencia a la destrucción de su hogar, ministerio y su propia vida; no quiero esconder mis pensamientos, pero en honor a la verdad, Dios siempre llega en el momento preciso, nunca antes ni después. Después de reconciliarse con Dios Manny se dió a la tarea que lo hiciera con aquellos a quienes había dañado, muchos de ellos conocemos, sabía que no tenía mucho tiempo por eso la noche del Lunes llamó a Miriam y los niños preparándose para lo inevitable.Sólo me resta decir que cuando uno tiene pocos amigos (como yo) la pérdida de uno de ellos en estas circustancias se hacen muy difíciles de poner por escrito. ¡Adios hermano, consiervo, amigo, muy pronto nos volveremos a ver ...por la eternidad!

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