En todo el país hay unos 3.000 turcos protestantes. Turquía se está convirtiendo cada vez más, en un sitio peligroso para líderes cristianos. Arkan, que preside una pequeña comunidad de 150 fieles, vive y trabaja bajo protección policial. Agentes policiales detuvieron en la ciudad a un extremista de 22 años de edad, que ya había planeado un atentado. Fue el caso más reciente de una serie de ataques en fase de preparación que están siendo frecuentes. El terrorista llamó al parróco y le dijo que quería hablar con él de la fe cristiana. Arkan lo invitó a que se vieran el 24 de diciembre, y el terrorista acudió pero al ver el detector de metales en la entrada cambió sus planes. Casi de forma simultánea, la policía en Antalya le envió guardias al pastor, que hasta días después no se enteró de que se había impedido un atentado en su contra.
En julio de 2006 en la ciudad portuaria de Samsun, un sujeto acuchilló al eclesiástico francés Pierre Brunissen. En abril de 2007 dos cristianos turcos y uno alemán –todos de fe protestante- fueron torturados y asesinados en Malatya, al sureste del país.
Mejor parados salieron dos sacerdotes georgianos cuando transitaban por un mercado en Artvin, en el este, con ostensibles crucifijos, cuando fueron apaleados. Otro atacante con cuchillo hirió en diciembre en Izmir a un sacerdote procedente de Italia. Tal como en el asesinato en Malatya, los agresores casi siempre son nacionalistas jóvenes y extremistas.
Mediante pretextos buscan contactarse con comunidades cristianas antes de atacar. Algunos atacantes tenían estrechos contactos con el aparato de seguridad o al menos se comportaban como si tuvieran respaldo. Los medios locales critican que la justicia de Turquía no haya esclarecido lo suficiente las causas de los ataques.
Fuente: DPA. Redacción: ACPress.net
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